Mi árbol se iba lentamente
y yo también
hoja a hoja
se alejaba de este mundo
que lo vio crecer
ya no bailaría con la brisa fresca
en cada amanecer
ni se llenaría de copos de emoción
ternuras rosadas de su amor en flor
Y si mi árbol se iba.
¿qué razón tendría yo de ser?
vivía por sus ritmos cadenciosos
de cada atardecer
y sus cantos silenciosos
que embrujaban
con la noche su vaivén
Nos despediríamos lentamente
de este mundo
si mi árbol se iba, yo también
moriríamos juntos
con la frente en alto
yo llorando su savia
y él llorando mi piel
yo sangrando sus ramas
y él goteando mi ser
Y en su última hoja
flotando al abismo
de la tierra
en él moriría
con mis ramas al cielo
yo también…