Oculto a plena vista

Mientras los perros

seguían muriendo

envenenados en las calles

y las calles seguían siendo ríos

y los ríos seguían siendo alcantarillas,

 

mientras los campesinos

perdían sus tierras

y con sus tierras

perdían sus sembrados

y en su lugar se edificaban

palacetes para los recién llegados,

 

mientras hordas de turistas

pecaban contra el paisaje

en el paisaje y a pesar del paisaje,

 

mientras las empresas mineras

seguían asaltando y asfaltando

el nacimiento de las fuentes de agua

y cambiando el verde de la montaña

por el gris de los desiertos,

ninguna fiesta

ni ninguna palabra

traería de vuelta a los muertos

ni a los campos devastados

ni a las nacientes de agua

moribundas en su propia tumba

y ninguna palabra contaminada

lograría encubrir la realidad

escrita en cada una de las piedras

robadas a los ríos

lápidas de una vergüenza de siglos,

el cementerio de piedras regadas

por plazas, calles y caminos

era nuestro propio cementerio

siempre oculto a la vista

como la arena del desierto…

cosongo@icloud.com