Nos acostumbraron tanto a perder
en fútbol, en amor, en política
que es difícil saber
que también podemos ganar
¿qué tal vivir en paz
sin tenernos que matar?
¿qué tal tener salud, seguridad
trabajo estabilidad?
¿qué tal tener carreteras
y no huecos en caminos
que ni parten ni llegan?
¿qué tal tener gente honesta
gobernando por el pueblo,
para el pueblo y con el pueblo?
¿qué tal no tener
ni guerrilla ni corrupción
ni narcos ni paras
ni alcaldes ni congresistas
que viven nadando
en el cieno de su propia mermelada?
Ahora que sabemos
que también podemos ganar
¿qué tal ganarle a Brasil
y si toca a Alemania,
o a Argentina y Holanda?
¿Qué tal la magia de James
más grande que la de Macondo
sacando goles del viento
y dejando a los rivales
viendo mariposas amarillas
con cada movimiento
de una sinfonía
tocada por las manos,
los pies, el cuerpo?
Después de 500 años
de constantes derrotas
podemos unir las manos
y celebrar la victoria
¡vale más que soñemos juntos
que nos sigamos matando!
Unidos seguiremos ganando
en la paz, en el fútbol, en la política
y en el amor
por este pedazo de tierra
que nos tocó de país
ni mejor ni peor que ningún otro,
pero simplemente el nuestro…