¡El emperador está empeloto!

Vendedor 

de valiosas baratijas

encantador de culebras

muertas de la risa,

profeta de lo que ya ha pasado,

vencedor

de una y mil batallas

en las que nunca ha peleado,

orfebre de objetos de barro

manicurista de leones disecados,

Casasanova

de cementerios y ataúdes

viudo eterno

de un plato de pescado,

enemigo

de profesores y filósofos,

para él

pensar es un pecado,

especialista en arreglar

lo que no se ha roto,

los niños gritan a su paso:

"¡El emperador está empeloto!"


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