Amar la luz
y las rosas
sobre todas las cosas
No pronunciar en vano
el nombre de la madre tierra
que solo nuestra pisada
sea la única huella
que dejemos en sus entrañas
y bajo las estrellas
No matar
los sueños antes de que nazcan
no asesinar las palabras
concebidas por obra y gracia
de los cantos del agua
al chocar
contra las sombras de la tarde
Cantar a todas las criaturas
que navegan, pulsan, juegan
florecen, reverdecen, iluminan
caminan, giran, imaginan
nacen, crecen y mueren
entre la palabra ilusión
y el resonar de una tambora
concebida a fuerza de agave
miel de abejas
y la piel tensada de la vida
Porque de otro modo
esta vida no tendría sentido
no valdría la pena
sentarse por billones de años
a esperar el anuncio de una estrella
el parto de una flor
ni la luz del atardecer
que se refleja
camino de tu piel
a algún planeta
Tal vez esto sea lo primero
o lo último que diga
el orden de las emociones
no afecta el resultado de la primavera
especialmente
cuando el alma
sabe crear sus propios cielos
para echar a volar
sus sueños de cometa…